Psicología basada en la evidencia
Profundizamos un poco en este concepto
Minnicelli Florencia
La psicología basada en la evidencia (PBE) es un enfoque que busca garantizar que la práctica clínica psicológica esté sustentada en los mejores conocimientos científicos disponibles. Se inspira en la medicina basada en la evidencia y se fundamenta en la integración de tres elementos clave:
La mejor evidencia científica disponible: Se refiere a la utilización de estudios rigurosos, como ensayos clínicos controlados, metaanálisis y revisiones sistemáticas, que evalúan la eficacia de diferentes intervenciones psicológicas. Estas investigaciones permiten identificar qué tratamientos funcionan, para qué tipo de problemas y en qué condiciones.


La experiencia clínica del profesional: No basta con que un tratamiento tenga respaldo empírico; su aplicación requiere la habilidad y el juicio profesional del psicólogo para adaptarlo a cada caso en particular. La experiencia del terapeuta es fundamental para evaluar la evolución del paciente, ajustar estrategias cuando sea necesario y decidir cuál es la mejor intervención en cada momento del proceso terapéutico.
Las características, valores y preferencias del paciente: Cada persona tiene una historia de vida única, con experiencias, creencias y expectativas que influyen en su proceso terapéutico. La PBE no implica aplicar técnicas de manera rígida, sino adaptar la intervención a la realidad, necesidades y preferencias del paciente, asegurando que el tratamiento sea significativo y funcional para él.
El objetivo de la PBE es ofrecer tratamientos eficaces y seguros, reduciendo la aplicación de métodos sin respaldo empírico o que podrían ser ineficaces o incluso perjudiciales. A lo largo de la historia, muchas intervenciones psicológicas fueron ampliamente utilizadas sin contar con pruebas sólidas de su efectividad, y en algunos casos, se descubrió que generaban más daño que beneficio. Por ello, la PBE busca que la práctica psicológica esté en constante evolución, ajustándose a los avances científicos y garantizando la mejor atención posible.
En la terapia psicológica, la PBE implica el uso de tratamientos con respaldo empírico, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) para la ansiedad y la depresión, la terapia de exposición para el trastorno de estrés postraumático (TEPT), o la activación conductual para la depresión. También en el ámbito de la neuropsicología se emplean intervenciones basadas en la evidencia, como programas específicos de rehabilitación cognitiva para pacientes con daño cerebral.
Sin embargo, la PBE no significa aplicar técnicas de manera mecánica, sino considerar el contexto individual y adaptar las estrategias a las necesidades del paciente. También implica un compromiso constante con la formación y actualización profesional, ya que la ciencia avanza y lo que hoy se considera una intervención eficaz podría ser superado por nuevas investigaciones en el futuro.
En definitiva, la psicología basada en la evidencia no solo mejora la calidad de la atención, sino que también empodera a los pacientes, brindándoles tratamientos efectivos y ajustados a su realidad. Al integrar ciencia, experiencia clínica y la singularidad de cada persona, se promueve una práctica ética, rigurosa y verdaderamente centrada en el bienestar del paciente.